Cáritas Española publica su memoria anual con datos que alertan sobre la cronificación de la pobreza y la vulneración de derechos.
En 2024, Cáritas ha vuelto a demostrar su capacidad de respuesta ante los grandes retos sociales y humanitarios. Con una inversión global de 486,9 millones de euros, la Confederación ha acompañado a más de 2,1 millones de personas tanto dentro como fuera de España.
Esta labor ha sido posible gracias al compromiso de miles de personas voluntarias, así como al apoyo de socios, donantes, empresas e instituciones públicas. Un año más, la acción de Cáritas ha ido mucho más allá de la ayuda puntual, ofreciendo procesos integrales de acompañamiento a personas en situación de pobreza, exclusión o emergencia.
Migración y exclusión: un reto estructural
El 47 % de las personas atendidas se encontraban en situación administrativa irregular. Cáritas denuncia que este factor es una de las principales causas de marginación social, especialmente entre personas trabajadoras pobres, familias con dificultades para acceder a una vivienda o que trabajan en la economía sumergida.
Durante el año pasado, se pusieron en marcha 47 proyectos diocesanos específicos para la acogida y el acompañamiento de personas migrantes. Paralelamente, Cáritas apoyó iniciativas legislativas para una regularización extraordinaria, en un contexto marcado por cambios en la normativa de extranjería.
Emergencias dentro y fuera del territorio
La DANA del mes de octubre puso a prueba la capacidad de respuesta humanitaria dentro del propio territorio español. Más de 16.000 personas han sido atendidas gracias a un plan de respuesta inmediata que ha movilizado cerca de 10 millones de euros. Este plan tendrá una duración de tres años y un presupuesto estimado de 33 millones.
A escala internacional, Cáritas invirtió 20,5 millones de euros en acciones de cooperación en contextos de crisis como Haití, Ucrania, Palestina, Marruecos o el Congo, alcanzando a más de un millón de personas.
Compromiso con la economía social y la mujer
El área de economía solidaria ha sido la que ha recibido una mayor inversión: 144,8 millones de euros. Este apoyo ha permitido impulsar itinerarios de inserción sociolaboral y consolidar las empresas de inserción, que ya superan los 3.100 puestos de trabajo.
El programa de mujer ha crecido un 24 % en inversión, dando respuesta a situaciones de desigualdad, violencia o discriminación estructural. Este apoyo es clave para promover la autonomía económica y la igualdad de oportunidades.
Una red viva y comprometida
Todo este esfuerzo ha sido posible gracias a 69.224 personas voluntarias y 5.916 profesionales contratados. Además, el 70,5 % de los fondos provienen de la solidaridad de la ciudadanía, y solo un 6 % del presupuesto se destina a gestión.
“Esta memoria es un testimonio vivo de la comunidad que somos. Una comunidad que transforma, que acompaña y que no se resigna a la desigualdad”,
afirmó la secretaria general de Cáritas.